Tengo 44 años, tengo dos hijos, fui hija única, mis padres muy humildes pero siempre me brindaron mucho amor. Yo tuve mis sospechas de adolescente y siempre recibí negativa. Cuando fui mamá tuve una sensación terrible y decidí ir a la asociación de abuelas donde recibí mucho apoyo pero no hubo coincidencia con el banco de datos. Mis padres nunca supieron para no hacerles daño emocional y al haber dado ese paso pensé que ahora mí prioridad era salud de ellos y me dediqué a eso incondicionalmente, mis padres ya fallecieron, mí papá hace tres años y mí mamá hace tres meses. Confirme no ser hija biológica unos meses antes de su fallecimiento y a pesar de que nuestra relación siempre fue muy muy unida ella eligió no decirme nunca y yo lo considere un acto de amor, y es la única forma que tengo de procesarlo ya que me ha quedado un vacío enorme y muchas emociones encontradas. Estoy pérdida, todos sabían y nunca nadie me dijo. Nadie en la familia sabe o quiere aportar nada y no sé por dónde empezar.
Maria Fernanda, 1975, Rosario
